miércoles, 23 de noviembre de 2011

Viento

ESCENA V

A veces recuerdo tu voz y hasta mi alma se estremece.
Era domingo del 2004, había quedado conversar con ella, alma a quien adoraba y no conocía, nuestros diálogos habían sido mediante extrañas cartas o por la última modalidad virtual entrante, El Messenger. Corría los días templados en Arequipa y  las mañanas eran  frescas  y  lozanas, pero mi alma en los domingos se mostraba agotada porque en las primeras horas del día  siempre trabajaba, y entonces, en medio de mi agotamiento había entrado en alguna cabina pidiendo que me concediera una que tuviera audífonos con micrófono anexo para poder hablar al estilo telefónico … Y eran cerca de las once de la mañana, estuvimos dialogando en los primeros momentos vía messenger, y cuando decidimos conversar por audio, y el suspenso cerraba de entre ratos mis ojos, una brisa algo silenciosa pareciera que recorriera el ambiente, y entonces hice clic en el blanco de invitaciones y entraste en escena que frescor de cielo, que aire de mar, que soplo de viento, entró en el lago de mi emociones!, tu voz de niña, mi canción, mi delicia, la música que broto del universo, del néctar que bebió mi ser, del alimento que sació mi alma] – y era su voz, jamás, jamás hasta entonces había escuchado una voz tan hermosa como la de ella, sucede que en cada música deleitante, en cada brisa o sonido que susurran nuestros oídos, recuerdo su voz. No narraré lo que sucedió después, porque ello discurre en otros episodios también azules. Escogí unos minutos de ese domingo divino, escogí ese episodio porque corresponde a la “Belle Époque” de mi adolescencia, y porque simplemente inserto en mis entrañas la magia de haber vivido si quiera unos minutos dichosos en mi larga tragedia de días cortantes.

Hay algo… 
Hay algo que conquista mi rudo corazón
Es algo que me estremece, algo que me empuja
A vivir más y más.
Hay algo que da serenidad y calma a mi alma
Es algo  que me alimenta, algo que me tienta
A soñar más y más
Es algo. No, miento…es todo
Es…es tu voz.


viernes, 23 de septiembre de 2011

Adios setiembre



Se acaba setiembre, mes/día  de la juventud, mi adiós se acerca como una nube, ya el sol llega a su medio día , se acaban los mañanas  gráciles, y recuerdo como cosa de hace unos días mi niñez, cuando me encontraba jugando entre el agua, chapoteando, correteando entre el pasto como un cordero, y  bajaba de los cerros como un rayo, gritaba libremente para todas las esquinas, ensayaba la vida con mis juguetes, construía imperios con rocas que encontraba en mi paso, conquistaba reinos, tenias mis súbditos, y a veces soñaba con la gran ciudad, siendo el magnate, el Dandy, donde administraba mis bienes, era dadivoso para con mis amigos, les regalaba buses, aviones, naves, era mi mundo. pero  a veces cuando caía lluvia y el sol se ocultaba, mi dicha y esplendor se desmoronaba, caía en un silencio y a veces unas lagrimas heladas resbalaban por mis mejillas, me veía abandonado en un inmenso campo donde mi madre se encontraba a miles de kilómetros y no sabía de la existencia de mi padre, solo, con la agonía suspendida en mi pecho, apretando contra el suelo me entregaba a la noche, casi sin rumor el sueño me amantaba  sin importarme el abrigo de las sabanas, o el cuidado de mi cuerpo al calor, y amanecía y nuevamente el sol me levantaba de mi letargo, cantaba con la aves, salía corriendo donde el verde del campo fulguraba a sendero de paraíso, el frescor del cielo me inundaba de emociones que avivaban mis ganas de vivir; así fue mi niñez, mis sentimientos de esos días plateados, sentimientos que a veces cuando recuerdo una sonrisa y cierta nostalgia irrumpe mi alma.
Cielo, tierra y sol
Quedaos para conmigo siempre
Y si iros, llevadme con vosotros…

camino al universo


Conozco el sendero desde hace muchos años,
El viento seco cuajó en mi piel su rudeza,
¿Qué opinión te merece la cebada, el trigo y la avena tostada en un plato roto?
Mis labios comieron de aquella cebada un medio día ajeno
…Alimentaron mis adentros,
Hoy el humo se levanta y mis manos están secas,
Las rocas, la tierra, las hojas caídas todavía yacen.
Conozco el estanque, el árbol y los puentes donde jugaron tus manos,
A veces camino en la pradera y oigo el rumor de casa,
Mi madre todavía lamenta mis heridas, el almuerzo es también seco.
A veces cruza la risa de hermanita, y mis ojos se clavan en el horizonte
El vuelo de una ave se pierde a lo lejos.  El sol se va ocultando.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Retorno al universo



Setiembre del 2011-09-19

Hoy me siento como si desfalleciera de pronto…que me pasa? Que me hace falta?, no lave mi ropa, dormí casi hasta medio día, no tome desayuno, en la tarde jugué ajedrez, jugué hasta las 2 am, que me pasa?, no tengo ganas de estudiar, me siento desfallecer por ratos, debe ser la fatiga de todo los días salir al Poder Judicial, no creo, que me hace falta? Tal vez un poco de música clásica, recuerdo que cuando estaba en Arequipa, al momento que escuchaba música clásica mantenía mi cuarto con la máxima pulcritud posible y lo contrario sucedía cuando escuchaba música mundana, me inundaba una nostalgia que no me motivaba a nada y solo me invadía sentimientos de tristeza, por ratos experimentaba  euforia, casi trastabillando de mi paroxismo, y por ratos somnoliento como queriendo llorar. Últimamente  no estoy escuchando música, será tal vez eso que me mantiene como inerte, sin alas, casi moribundo, con el mismo rostro, con las manos ásperas, la piel dura, y la mirada fría.

sábado, 4 de junio de 2011

Setiembre


ENTRADA A SETIEMBRE

Hoy te vi más hermosa, no sé qué me pasa, es setiembre, mes del arco iris, y porque setiembre siempre es bonito. 
Hoy me impacto tu voz, tu ternura, tus afanes, tu luz, 
indescriptible de veras. Indescriptible.

Hoy tuve una caminata larga, hora y media por las calles de la ciudad de Lima, rumbo a la universidad, y es que el bus de San Marcos (y que cariñosamente en la universidad le llamamos el “burro”) me dejó, desgraciado burro, ni siquiera intentó recogerme, se pasó de frente, a velocidad mañosa. Me dolían mis pies al llegar a la universidad, estaban mis cabellos desordenados, mis zapatos mojados, mis cachetes calientes, con la respiración semiagitada, pero más eran las ansias por presenciar tu exposición, y es que hoy salías al escenario, ibas hablar no sé de qué tantas cosas, pero me gusta escucharte, tu voz es atrapante, discurre como el agua sobre las hojas; y es que también las jornadas de exposición del curso de Realidad Nacional se han puesto interesantes, se hablan de variados temas, de lugares turísticos, de productos bandera, de platos típicos, de animales oriundos, hasta traen mascotas y peluches, los desfilan por el estrado, y además hay mucha comida, una feria en sí; papas, panes, juanes, bocaditos, trucha, algunas de ellas no llego a probarlos; traen incluso bebidas “espirituosas”. Primero empezaron con bebidas simples, luego trajeron chicha, después un “combinado”, con el supuesto hecho de que eso usaban los chamanes o sacerdotes en sus rituales; hasta invocaban a sus dioses en la escena: levantaban sus manos, la copa servida ofrecida en lo alto, unas palabra mágicas, se inclinan, como una reverencia, dan media vuelta de izquierda a derecha, agrandan un poco sus ojos, luego los cierran y zas para dentro la bebida. Últimamente las cosas han mejorado, traen Pisco, Wisky o algún licor con etiqueta confiable, incluso ahí los preparan mismos “químicos”, sirven en unos vasos como grandes maestros, recorren el auditorio y se lo entregan al jurado o jurada, ellos o ellas, casi ruborizados o perplejos, aceptan el tributo, “yo tambien” susurro, parece que nunca tomaron, rojas sonrisas alimentan nuestro suspenso, miran con sus ojos inocente a la doctora, pero hasta la doctora esta algo sonrojada , para no dejar en suspenso sirven también a los demás, definitivamente las cosas últimamente han mejorado; y, para cerrar con luz del sur o broche de oro; bailan en la plazoleta de la exposición, lucen brillosos trajes, lustrosos atavíos, hacen de incas o de chamanes, de ñustas o coyas, una vueltecita animosa y listo. Y empezó tu exposición...

Y empezó tu exposición, un estremecimiento recorrió mis sentidos, estabas más bella que todos estos días, tu larga cabellera caía en un desorden que te hacía más hermosa, tu voz casi de niña cuajaba el ambiente en un grato silencio, algunos paisajes florecían en las diapositivas que recorrían el hilo de tus palabras, te miraba fascinado como alabarte desde mi carpeta, estaba ubicado en una zona casi estratégica, luego vinieron mas escenas deleitosas y acrecentaban mis ansias de abrazarte cuando terminases. Recorrió en mi alma los lugares paradisiacos que nos mostraste, parecía que me encontraba como en una pradera frente una vista eterna, y pareciera que escuchara el bullicio de los ríos, o la suave quietud de un manantial, pasaron los minutos, y emitiste tus agradecimientos y despedida y estalló el aula en prolongados emociones y aplausos. Emocionado te reclame entre mis ansias de abrazarte, coronarte en besos, y me acerque donde tu sonrisa permanecía, te mire a los ojos, quedo helado no se cuanto tiempo mi mundo cerca de tu respiración. Y es que la mañana esta alegre, mis cachetes aun calientes, mi cabello desordenado, mis zapatos mojados, y tu sonrisa llevándose mi viento, y mis días oscilando cerca de tu infinito…


Y porque setiembre me une a ti.
El trazo de tu sonrisa dibujado en mis sueños
Y las gaviotas que te trajeron en un velero anclaron en mi pecho.
Y porque setiembre se desliza entre el azul de tus canciones que llevan a ti.

jueves, 21 de abril de 2011

Despertar


Cruzada de la música andina

Y es que es tan llenante, tan envolvente, tan atrapante  la música andina popular, sus tonos, su melodía, su armonía, su melancolía; es para escucharla y repetirla una decena de veces y perderse entre resonancias zigzagueantes y volver al cauce del  festín musical. Es  querer más aun al mundo y a la naturaleza, a sus hojas marchitas, a sus tallos secos. Es querer a la tierra seca, a la pradera amarilla, a la flaqueza, a  la fatiga. Y es que solo en medio de la desesperanza nace lo despertante, los satisfaciente, lo reconfortante,  lo llenante…es como una anestesia a los dolores, a una medicina al alma, una panacea al desazón,  y es que solo en medio del adormecimiento surge el carrusel de los días alegres, y en medio del cansancio  emerge la  fiesta delirante, donde las manos ásperas, los cabellos desordenados, las palabras secas encuentran su nido, su cobijo, su teatro de descanso.
Y es que también con esta música se refortalece  el amor el suelo patrio, a la historia andina, a la ascendencia americana, que brilla con faro propio, con independencia, con autonomía, con resplandor.
Y es que hubo una época dorada, una historia cantada, una bandera alzada, y es que hubo también un  José María Arguedas, un Cesar Vallejo un, Ciro Alegría y hubo un grande, un valiente, un  Velazco  Alvarado, y hubo así una cadena entrante a este mundo mágico de canciones alegres que desenfrenan el alma y desbordan las risas. Se escapa por los sinsentidos nuestras emociones y nace la caricia al mundo, y nace la algarabía de las aves y la danza de los osos.
Y es que las nubes, las palomas, las gaviotas también danzan, y es que la luna, el sol y las estrellas encienden su brillo mas chispeante, y es que las hojas amarillas y los tallos  rotos  remanifiesta su sonrisa perdida en la batalla de la vida, y es que mis ansias crecen como las voces de los  cerros, los cantares de la luna, y es que lo pasado brilla en mi ojos, en mis entrañas se retuercen las ansias por rejuvenecer el mundo de la sequedad de su economicismo, de su estatismo teatral, de su estancamiento de palabras. Y es que nace la cruzada de la bandera Inkaika en las mesetas andinas, y los aplausos y gritos se desvozan en el delirio de la vida..

Después de abril

Es sábado, el día estuvo nublado. Demasiados carros y un sinfín de luces titilando por las calles. Escribía para ella,…hoy, no ornamentare en nada mis escritos,…Bueno, ya no tengo mucho entusiasmo al escribirle como antes, antes  escribía con el alma para ella, ahora no...Además qué importancia tiene escribir para alguien donde las cosas están agonizando, para alguien quien piensa en otro y ama a otro y  hasta  tal vez le resulte ridículo escribirle, y si lo hago ya no es necesario entregárselos.  Cuando le escribo ya ni responde, cuando le hablo por messenger o facebook me responde después de un largo rato, y fría, sin medicina ni ansias, y se va sin despedirse, eso me lastima, va acabando con todo el cariño que le tuve, y  jamás se  preocupo por conseguir  mi numero  o por llamarme siquiera un minuto, mientras yo siempre deseaba llamarle y escuchar su voz… siquiera una sola vez al día y estar alegre saltando como un niño. Porque su voz era vida para mí, no sé si para otros será,  pero yo adoraba su voz. En otras palabras ya no le importo. Eso también hace estremecer mis  entrañas, pero el dolor es menos que antes.

La angustia de saber que no sería ella para mí ha disminuido considerablemente, el amor que le tuve empieza a eclipsar…ahora nuevas personas silencian mi alma, y todo porque?...por su indiferencia, por su descuido, porque hay personas que se preocupan, que me llaman, que me entregan su tiempo, un grano de sus  vidas a mi sonrisa. No soy santo, yo también lastime personas, hubo un caso donde casi termina en suicidio y me hizo  reflexionar profundamente. Pero también finiquite la relación en todo sus dimensiones y hoy espero que esa persona sea feliz.