sábado, 7 de agosto de 2010

Silencio, es de noche...




sonrisa, sonrisa, eterna sonrisa


Tus ojos se detienen al paso de mis raudas explicaciones, de cerca, tus labios casi retemblorosos de ratos sonríe y de ratos lamenta el quejido, tus cabellos casi en instantes musicales permanece como unas ramas en juego; mis explicaciones van de lado a lado, casi sin horizonte, mis manos se mueven como peculiares juegos de alas. cerca, cerca. El viento se agita en desfiguradas brisas que no siente el alma, a veces escucho tu voz como el rumor del descanso de niveas alondras, del vino que desenreda mis instantes me llevan a ti. Esto es costumbre, Ya está. Ahora es cuando la voz seca se apaga, no hay brisa, ni quejido, ni ensueño. asombro, asombro. Sonríes como celebrando la figura de mis afanes, tus ojos se pierden achinados en la magia de lo inconcebible. Asi esta, esto es costumbre. Sonrisa, sonrisa, eterna sonrisa.

Estoy aqui


Estoy aquí, vida mia, esperandote, como en invierno, como en otoño…que importa que las estrellas no hayan salido hoy, siempre es azul la noche, como cerca de tus besos, mis manos te reconocen desde el viento, cerca del frio abre la noche su secreto, tu imagen bendita soslaya con el tiempo, cerca cerca, cada vez mas cerca, vida mia esperandote.

No se acabado nada…

No se acabado nada, como de costumbre juegan nuestos manos con las pinceladas de encanto, como la misma mañana, como en la misma esquina, como en el mismo sueño; veraz que no se acabara nunca, conmigo conociste el canto de la palomita, conmigo conociste el lago, el canto del perico, las mil jugadas con el viento, me extrañaras desde entre tus sueños, veraz que te sera imposible olvidarme, no puedes negarle el cielo verme, hasta Dios sabe de eso, y es que tu corazon nacio para germinar sus raices en mi alma, deja, deja apasionada niña de jugar con las tuerta piedra que caso no te hace. No me preguntes que sucede con el baile del destino, de sus tornados, tu mismo sabes que siempre estaras aca presente, en la misma nieve, en la misma merienda del sol riendo conmigo.


Reminiscencia

Festejando, riendo, revelando tu nombre, tu congeladora sonrisa arriba a mi memoria entre la desproporción de mis recuerdos , sacado como de besos se asoma una, dos, tres veces tu respiración agitada, de mujer traviesa, de niña alocada, y otra vez dando vueltas en el piso como entre vientos, como entre estrellas, así siempre corriendo como niños descalzos y otra vez el agua gélida de tu sonrisa, palpita en mi silencio, ni el freno del aire, ni las quejas del ángel callan tu voz, acelerada, atrapante, entre el discurrir de mis labios, palabras de besos, y siempre tu, bella como la gaviota , como la serena vida, como la quietud del agua.


silencio, silencio, es de noche...

Noemí, ya que importa que el tiempo haya pasado, quedaran siempre ciertas escenas impresas en el pergaminos de nuestras vidas, recuerdo vivamente esos días floridos, esos meses agotados, besándonos como si se acabara el mundo, riendo, jugosas escenas, tu abrazándome, yo cerca de tu boca. El paroxismo nos atrapaba cerca del frio, cerca del calor, bailando, y tus movimientos cerca de tu sonrisa, cerca de tus labios, yo besándote y tu riendo, calor. La efervescencia de las luces nos cortaba, tocabas mi mano, cerca de la ventana, pegado a la pared, sintiendo tu respiración agitada, pasión, cerca del frio, calor, pasión. La locura atrapada en nuestras almas, el recreo de tu pasión entre mis entrañas. El tiempo, de cerca nos ha dejado, tu allá y yo acá, hicimos nuestras vidas, ya que importa el tiempo, ya que importa las vergüenza, nos recordamos mutuamente como si fueran escenas de ayer.

Deshielo

Oh dulce, muñeca helada, color del viento, casi indescriptible, con perfume del silencio, vives en mi, anidado en mi ansias, cada palmo tuyo es mi delirio. Quédate, quédate durmiendo en mi pecho, yace en el lago de mis emociones, canta en mi voz como un susurro, vibra en las ráfagas que llevan mi clamor, así dulce sirena blanca así, niña de trapo, de pies descalzos, de ojos donde danzan el fulgor de mis cabellos, sonríe. Tu risa desproporciona la cadencia de mis suspiros, se desubica mi semblante en la pradera, en lo alto brilla la luna, las aves han perdido la hora del canto, revolotean incesantes como buscando nidos clandestinos. Amanece la mañana adormecida,  tus brazos níveos matizan el día, ay niña de trapo, estoy concurriendo una vez mas al néctar de tu sonrisa, divino hasta en el silencio.

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